En tiempos de guerra, nada más seguro que cantar rancheras. Qué sería de ellos si siempre estuvieran sobrios. Mejor la mierda rusa a la tarta americana. Se bañan en familia y se apapachan. Las más papeadas tienen un aire a Scarlett Johansson. Saben que el sentido estético es innato en el verdadero comunista. Son modestos pero valientes. Nunca muy humildes. Dignos. Y siempre naturales. Se preguntan si Sarajevo sigue en el mismo sitio de siempre. Se enamoran cuando Yugoslavia clasifica al mundial. Beben en honor a Dios y a Tito.
- ¡Kusturica!
Vamos, proletaria.
- ¡Kusturica!
Vamos, proletaria.
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