miércoles, 5 de octubre de 2011

The Tree of Life

a. Yo tengo un amigo que hubiese dicho: "¿Sean Penn hijo de Brad Pitt? No jodan pues." No, ese amigo no es Rodrigo Fresán aunque luego dirá. Y yo algun día me propondré investigar sobre la cábala.
b. 
“¿Dónde estabas cuando hice los cimientos de la tierra? ¿Cuando las estrellas del alba cantaron juntas... y todos los hijos de Dios gritaron de alegría?” (Job 38:4,7)
“Las monjas nos enseñaron que hay dos caminos por la vida. El camino de la naturaleza y el camino de la gracia. Tú debes elegir cuál seguirás. La gracia no intenta complacerse a sí misma. Acepta ser menospreciada, olvidada, y rechazada. Acepta insultos y daños. La naturaleza solo quiere complacerse a sí misma y que otros la complazcan también. Le gusta dominarlos. Para que las cosas sean a su manera. Encuentra razones para ser infeliz cuando el mundo brilla a su alrededor y el amor sonríe a través de todas las cosas. Nos enseñaron que nadie que ama el camino de la gracia tiene un final malo. Te seré leal. Pase lo que pase. Hijo mío.”
c. Pasa todo, pasa nada. Esa educación doméstica que no es de hace tanto tiempo. Una familia cualquiera y está bien que sólo en el cine la veamos. Sin sentirme necesariamente ahorita como para universos y muerte, algunas escenas, algunos cuadros, enfoques, o como se le llame, son bien bonitos. Cuándo mamá por primera vez te toca. Si supiese la manera de referirme a aquello que visualmente te abraza. El desconcierto de él cuando su hijo le grita refiriéndose a su madre: "ella sólo me ama a mí". A mi mamá, también, algunas vez, se le ocurrió despertarme con cubitos de hielo.
Está película, sí, mi amor, me hubiese gustado ver en el cine.

The Tree of Life (2011)

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