viernes, 15 de febrero de 2013

The Godfather I, II y III

A propósito del regreso de El Padrino a los cines por sus cuarenta años, fui al cine, a ese recinto,me aluciné y regresé a mi cuarto a ver otra vez toda la saga completa.
Francis Ford Coppola es un maestro de lo visual, nada en ello es gratis: cada elemento que compone cada escena pareciera estar pensado para pasar a la posterioridad: Robert De Niro llevando la pasta a la mesa y sentándose a comer, Marlon Brando acariciando el gato, rascándose la mejilla; la manera como James Caan lleva los pantalones, el llanto de Robert Duvall y su conversación con Michael V. Gazzola gomina de Al Pacino, su moretón en el pómulo, su encuentro con Apollonia, sus recuerdos mirando por la ventana - mata al único hermano que lo felicita por haber tomado una decisión de motu propio - y, en otra escena, llora escuchando a su hijo cantar; la manera cómo envejece, su caminar, su corazón roto, su cruce de piernas al sentarse; el cachetadón a Diane Keaton - musa también de Woody Allen - y los pechos de su primera mujer; los tirantes que llevan todos y los eventos que abren las tres películas y la épica con la que cierra la I y la III. La uno nomás, ella sola, ya parece una trilogía. Las frases que nunca serán clichés porque simplemente las dijo Marlon Brandon, Al Pacino o Robert De Niro. Con sus caras como ejemplos se podría dictar un curso que enseñe cómo debemos mirar los hombres cuando pensamos, odiamos o amamos (como se podría hacer lo mismo con las caras de Keith Richards). Quizá sea un tema de composición: con qué gesto pero también en qué plano. A propósito, los planos o las composiciones del después de cada asesinato también sería un tema.
Cada uno tendrá sus escenas preferidas y también sus escenas lamentables, que son las menos, claro. De estas últimas, para mí, el tiroteo de El Padrino III y la toma de manda de Andy García.
Por último, distinto apreciar a Sofía Coppola sabiendo lo que luego hizo como directora.


The Godfather I (1972), II (1974) y III (1990)

No hay comentarios:

Publicar un comentario