jueves, 4 de enero de 2024

Succession


a. Diría que hasta la tercera temporada no me cuadraba ni tampoco me cuadra, creo, pero la cuarta sí es excepcional y justo por lo que les reclamaba a las anteriores: la limitación de historias. Cuando en la cuarta muere el patriarca y luego meten las elecciones gringas ya pasan a otro nivel. Antes a lo mucho, fuera del drama familiar, coquetear con lo que puede ser el negocio de las redes y eso. Hasta me cuesta creer de que no hayan tenido en mente la cuarta temporada desde el inicio. Para mí las tres primeras temporadas eran reducibles al típico drama de la familia presa de la codicia o algo así. Al menos en la de narcos hay acción, me decía. 
b. Qué carnal aparecía a veces Sarah Snook. 
c. ¿Por qué me resultarán tan chiquillos los hijos para lo que pretenden? ¿Por qué otros personajes me resultan tan inverosímiles en lo lambiscones? Sin con esto restarle nadita, obvio, a lo que tiene en común con casi todas las series según gustos: los esplendidos y enganchables guiones. 
d.  Nowbray en Ricardo II de William Shakespeare:

Mi carísimo señor, el más puro tesoro que nos concede esta vida mortal es una reputación intachable; destruida la cual, los hombres son tan sólo barro dorado o pintada arcilla. Un espíritu valeroso dentro de un pecho leal es una joya en un cofrecillo con diez cerraduras. Mi honor es mi vida; ambos son una y la misma cosa. Quitadme mi honor, y ha dado fin mi vida, así, mi querido soberano, permitidme probar mi honor; por él vivo y por él quiero morir.

e.  "Dream song 29" de John Berryman, traducido por Juan Carlos Villavicencio.


Algo se asentó, una vez, en el corazón de Henry,
tan pesado, que si hubiera tenido cien años más
& más & gimiendo, insomne, en todo ese tiempo
Henry no habría prosperado.
Comienza siempre de nuevo en los oídos de Henry
la breve tos en alguna parte, una fragancia, una campanada.

Y entonces hay otra cosa en su mente
como un grave rostro sienés mil años
fallaría en manchar el aún perfilado reproche de lo Horrible,
con los ojos abiertos, atiende, ciego.
Todas las campanas dicen: demasiado tarde. Esto no es para lágrimas;
una manera de pensar.

Pero Henry nunca acabó con nadie, nunca como creyó
haber hecho y cercena el cuerpo de ella
y esconde los trozos, donde puedan ser encontrados.
Él sabe: va a verlos a todos, & nadie ha desaparecido.
A menudo él los enumera, al amanecer.
Nadie ha desaparecido jamás.

 

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